Por fin Oscar Pereiro ha recibido el premio que se merecía.
No sé si es un premio por ser el mejor ciclista del mundo, ni el más regular, ni el más mediático, pero sí que es un premio al más sincero y al más legal. Tan legal que por eso en el propio Tour 2006 tuvo una pájara, como tienen todos los que no se meten.
Un chaval de Mos que sigue viviendo en su pueblo, saludando y tratando a todo el mundo igual que siempre, y que nunca se calla lo que piensa.
Ahora, que empiecen a escarbar en el fútbol (transfusiones de sangre), el baloncesto (les recuerdo que la NBA no pasó doping en las olimpiadas) o el tenis.
Pero no interesa. Enhorabuena Oscar
miércoles, 17 de octubre de 2007
Pereiro recibe el maillot amarillo 15 meses despues
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