jueves, 3 de enero de 2008

Un obispo acusa a los menores de incitar al abuso sexual


El obispo de Tenerife afirma que algunos menores incitan al abuso sexual
"Puede haber menores que sí lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan. Esto de la sexualidad es algo más complejo de lo que parece".
Después, el vicario general del obispado, Antonio Pérez, ha matizado estas declaraciones en nombre de Álvarez: "El obispo en sus palabras no pretende justificar ni comprender un fenómeno absolutamente rechazable como es el abuso de menores".
En cuanto a la homosexualidad, Álvarez señala que "perjudica a las personas y a la sociedad" y afirma, asimilándola a las agresiones sexuales, que "la persona practica [la homosexualidad] como puede practicar el abuso de menores".
Sinceramente, yo no encuentro palabras para poder describir la catadura moral de este personaje ni cómo todavía no ha salido ningún superior (recordemos que se llaman jerarquía eclesiática) a denunciar y destituir a este obispo.
¿Se imaginan dando la misma y que una niña de no más de 13 años esté en la primera fila? Una foto del ínclito para que nadie se olvide de su cara.

La Iglesia en campaña


Ha salido la iglesia católica (tenemos que empezar a acostumbrarnos a hablar de Iglesia Católica, ya que hay muchísimas más confesiones en todo el mundo)a la calle (por quinta vez en lo que va de legislatura) para defender a la familia. Y esto está muy bien; claro que la iglesia defiende "su concepto" de familia tradicional. Y lo lleva haciendo siglos.
No han sido el capitalismo o la industrialización los agentes principales de este modelo familiar, sino la Iglesia que, desde el siglo IV, ha modelado una sociedad europea familiar, imponiendo rasgos inéditos a las poblaciones que deseaba cristianizar, prohibiendo la adopción, la poligamia o el divorcio (prácticas habituales en el mediterráneo), poniendo el acento en el consentimiento mutuo de los esposos en el matrimonio.Y a partir del XII, el matrimonio se convierte en sacramento. Esta doctrina conduce a separar a los individuos de su parentesco, a reducir a una simple expresión biológica la noción de heredero. Ya no es necesario un hijo o un nieto para asegurar el culto familiar de los antepasados porque las comunidades eclesiásticas toman a su cargo la salud del alma de los difuntos.
La manipulación ideológica del sistema de parentesco autoriza al cristianismo a convertirse en un gran propietario rústico en Europa entre el siglo VI y el XII, pese a las numerosas resistencias a la imposición de este sistema. La trama ideológica monógama parece ser bien tejida por la Iglesia, rompiendo las solidaridades parentales.
Como muestra, aquí van unos breves datos sobre la evolución estadística de los tipos de familias.
- En el último decenio el crecimiento de los hogares no familiares ha superado con creces el de los familiares, que se mantienen o disminuyen en peso en el total de hogares españoles.
- Los hogares solitarios han crecido un 13% en los años 80, algo no imputable a la voluntad de soltería sino que son la ruptura matrimonial y la viudez los factores responsables de la proliferación de los hogares constituidos por una única persona.
- Los hogares pluripersonales que no contienen núcleo familiar también han crecido en mayor proporción que el conjunto de los hogares españoles, destacando los hogares de solteros y separados o divorciados.
- El mayor aumento es el de los hogares monoparentales, debida en los 90 sobre todo a la viudez.
- La pérdida de la presencia de los hogares extensos y múltiples es tan notable como poco sorprendente. La decadencia del modo de producción doméstico es sin duda una de las claves que arroja luz sobre este proceso. La propia lógica de la sociedad industrial reduce la familia a unidad de consumo desprovista de otras capacidades productivas que no sean las de la propia reproducción humana.
españolas.
Concluyo: Hay muchas modalidades de familia a las que la Iglesia parece no haberles hecho mucho caso. Y la propia constituciòn española, aconfesional recordemos, no ha sufrido tantos ataques y tantos reproches como por parte de la iglesia católica.
Ningún obispo y autoridad católica se acordó de defender los derechos durante 40 años de franquismo todavía no denunciados. La iglesia católica española 'participó activamente' en la política represiva de la dictadura 'con el fin de reeducar a los republicanos, labor que llevaron a cabo en cárceles y campos de concentración' (ahí están los carteles de "Por Dios y por la patria". Y qué decir de su papel en falta de denuncia ante los golpes de estado del 23F en España (No es de extrañar que el Papa Juan Pablo II se encontrara tan a gusto con la jerarquía católica española: ni él ni su nuncio en España alzaron la voz cuando la Conferencia Episcopal, reunida casualmente el 23 de febrero de 1981 (en lugar de condenar el intento de golpe de Estado del coronel Tejero recomendó a los españoles el piadoso ejercicio del rezo)o la dictadura en Argentina.