lunes, 8 de octubre de 2007

Homenaje a Carlos Llamas


Dicen los que le conocían que era independiente, rebelde, "subjetivo" y ardoroso en el combate lingüístico. Nunca ocultó sus ideas y consiguió aglutinar a personas de distintas ideologías en torno a un micrófono.
Consiguió que la tertulia, ese recurso que sirve para trasmitir un pensamiento, una idea, fuese de todos, haciéndonos retroceder 50 años, época en la que casi todo se decidía alrededor de un cafe en lugares como el Ateneo, el Imperial, o el famoso Gato Negro. Y eso si hablamos de Madrid, porque, ante la inexistencia de caja tonta (léase televisor), todo se hablaba alrededor de la lumbre, con un buen licor café.
Gracias por contarnos las cosas tal como tú las veías. Creías en lo que decías y así lo defendías.

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